DIEGO LICENBLAT

UN HUECO MAS

Transarte edita bimestralmente 3.000 revistas de distribución gratuita, con motivo de dar a conocer otras facetas de los artistas plásticos mas allá de su currículum. Son preguntas reflexivas para ser contestadas con humor e inteligencia.

Nos inspiramos, en una de las tantas entrevistas que le hicieron a Borges donde nos enteramos que le gustaban las uvas, el arroz, los jazmines, los leopardos, el color amarillo, Carlota Corday, las gaviotas, Rembrand y Turner, los bastones. También las salsas, la música, la publicidad, Rosas y el haber capitaneado el ultraísmo.

(La siguiente prosa fue armada con las respuestas que nos dió el artista Diego Licenblat)

“De chico estudiaba dibujo y pintura en el museo Larreta, y el taller se encontraba en las habitaciones con cuadros, armaduras, esculturas y el lugar estaba armado como si aún vivieran allí las personas que no estaban más. Las características de ciertos artistas como la oscuridad de H. R. Giger, la precisión de Ron Mueck, la perfección de Miguel Ángel, la densidad de Rembrandt, y la magia azul de Tim Burton son mis favoritas. Respeto a las personas con historia, sobre todo a mis padres. La frase que repito con frecuencia es ‘Si la hacemos, la hacemos bien’. Prefiero el género histórico o periodístico y los de investigación política nacional e internacional. En general no soy amigo de las críticas, mejor dicho me caen muy mal y más bien destructivas para remarcar las cosas que uno hizo mal. No recuerdo opinión alguna que me molestó, mi cerebro la borró. En este momento estoy trabajando en escultura y pintura tratando de buscar la identidad bajo la imagen de la persona con el mayor realismo que me sea posible, probando con nuevos materiales y combinaciones químicas. Me hubiera gustado ser creyente y hacer cosas para demostrarlo. Soy fanático de la batería, que toco desde los 14 años, de las mac, de los perros, y de los buenos libros de arte. Amo comer milanesas a la napolitana con papas con mayonesa casera y mi olor favorito es el del café en una mañana de lluvia. Me interesa la medicina forense, la nanotecnología y la física. En música prefiero todo, menos la cumbia villera. Los argentinos somos desagradecidos, inconformistas, criticones, rápidos y fanfarrones. Paso mis ratos de ocio con mi familia, mi mujer e hijos. Cuando vi ‘ET’ (El extraterrestre) creo que cambió mi vida y ‘El día de la marmota’ me la volvió a cambiar. Vivo de mi FX, que incluye mi institución educativa y la realización de efectos especiales y visuales para producciones de todo tipo. Me produce una vergüenza bárbara la ridiculez, las pretensiones de figuración y la desubicación grosera. La muerte es un tema que tengo pendiente de resolver, si es que ella no lo resuelve antes por mi. Soy peleador, obstinado, analítico, ermitaño y mediador. Por ahora no creo en Dios y se que una persona se enamora una sola vez, ya que este parece ser mi caso. Creo que la democracia está demostrando todas las falencias que tiene y si aún subsiste es porque no hay nada nuevo que la reemplace. La homosexualidad es una forma diferente a la mía sobre gustos y sobre el amor, que no tendría que estar tipificada en una palabra determinada. Creo tener la frialdad necesaria en los momentos de tormenta y ser muy agradecido con la gente, respecto a las buenas intenciones. Mi sueño de felicidad es que todo siga exactamente igual y con 35 kg menos. Me hubiera gustado ser Albert Einstein. Aunque parezca una contradicción en mi, no creo en el azar o en la casualidad, pues el destino lo vamos construyendo con cada paso, con cada decisión.”


ESTA MUESTRA PERMANECIÓ ABIERTA AL PÚBLICO DESDE EL 11 HASTA EL 21 DE SEPTIEMBRE DE 2007, EN COCHABAMBA 354.